Nadie quiso decir esta boca es mía en el caso de Arnoldo Aleman. Ni siquiera creen en la última encuesta donde apenas logra reunir 7% de popularidad. Pero más increíble aun nadie dentro del PLC como tal quiso cambiar el estatus quo ni mucho menos tratar de limpiar imagen ante unas elecciones importantes. De acuerdo a otras cifras nada mas 2 de cada 10 partidarios del PLC apoyan a Alemán.
Luego tenemos al actual Presidente de Nicaragua Daniel Ortega quien desea re-elegirse aun en contra de las propias leyes existentes y con unos índices de aprobación - que si solo la mitad fuera cierto - aun no son buenos.
El desgaste del FSLN-Orteguista es evidente y muestra señales de ello al momento que decide repartir los bonos de efectivo a trabajadores que ganan poco en un decidido intento de aliviar la presión y atraer el voto en la población que a duras penas puede sobrevivir y seguirá en sobrevivencia aun con el bono.
Los costos ya se empiezan a pagar. El Fondo Monetario recién les cancelo una reunión programada para analizar los programas implementados en una clara señal que desean al menos unas explicaciones de lo que pretenden hacer con lo del bono y las implicaciones en términos de la economía nacional.
La pregunta obligada es ¿por que apostar a un perdedor? Esto solo ofrece la posibilidad de una alternativa.
La fila es larga, es mas si llego a tocar a su puerta para preguntarle a usted que lee esto si quisiera ser presidente de Nicaragua mas de alguno se apunta y aun mas tendría a los políticos de esos que siempre están a la orilla del camino listos para sacrificarse en el cargo.
Pero siempre quedan los que no quieren el puesto por las complicaciones que implican ser el primer mandatario. Pero sugiero que esos que no quieren terminan siendo los más sinceros y por ende podrían redefinir el papel que debe jugar un presidente comenzando por dar el ejemplo. Se trata no solo de predicar sino también de practicar. Este es un concepto perdido por ahora en Nicaragua con algunas excepciones que muchos aun podrían argumentar.
¿Por quien apostar?
Por ahora seguimos esperando algún valiente/a que se quiera rifar y para ello todavía propongo hay tiempo. Nada mas que los retos son inmensos, las demandas muchas veces no se pueden cumplir y raras veces se queda bien con todos. Gajes del oficio en definitiva. Pero alguien que al menos lo intente creo que el pueblo nicaragüense estará agradecido de haberle echado ganas al menos.
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