Que me perdone el Presidente de Nicaragua pero lo que hizo fue endeudar más a Nicaragua con la promesa de los bonos. Sabemos que nuestra gente sufre cada día para que le ajuste su presupuesto personal.
Mucho de ello es producto de la crisis económica mundial que para ser justos no tiene culpa Daniel Ortega de los vaivenes del precio del petróleo y la baja de los precios de los productos tradicionales que Nicaragua exporta. La crisis ha golpeado a todos sin distingo.
Pero la realidad histórica ha sido que la repartidera de dinero inevitablemente ha generado deuda económica y deuda política para el gobierno nicaragüense de turno.
Esta repartidera de dinero solo podría compararse con la repartidera de nacatamales, bolis y ron plata en los tiempos de Somoza esperando un rédito político transformado en votos a favor.
Esta artimaña también ya la probo Arnoldo Alemán en sus tiempos en un pueblito de Nicaragua donde se dio el caso de un humilde nica explicándole al Dr. Alemán sus dificultades de obtener financiamiento de los bancos para sembrar a lo que Alemán muy hábilmente respondió que cuanto necesitaba y el hombre le respondió con la cantidad y Alemán sin titubear metió las manos a su bolsillo y le entrego la cantidad billete sobre billete. El nica todavía sorprendido le pregunto si le firmaba un recibo para hacerse responsable del dinero a lo que Alemán le respondió " Aquí no necesitamos recibos, estamos entre hermanos" moraleja: ¿por quien creen que voto este humilde en esas elecciones?
Pues de eso se trataba entonces y de eso se trata ahora: la compra de votos.
Es ahora un Daniel Ortega quien cae en el juego de los partidos tradicionales y las famosas paralelas históricas. "Obras no palabras" ahora si suenan igual en la boca de todos estos actores. Todos las han repetido y a un costo que históricamente salio caro entonces y podría salir caro ahora.
Este es el 2010 ya no es 1957 y Somoza corriendo para ser re-elegido "constitucionalmente". El pueblo Nicaragüense ha aprendido a luchar por sus derechos, unos derechos que el antiguo y original FSLN le enseño a no dejarse de ello. Y para muestra tenemos el caso de los maestros que reclaman un ajuste salarial permanente; no un bono sin garantías que se terminara pagando y a que costo.
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