Creo que es valedero reconocer algunas cosas del pueblo de Nicaragua y es que por primera vez ha habido algo de consenso en que de parte de ningún partido político se a azuzado la idea de que corra sangre en nuestra tierra producto de estas elecciones.
A pesar de algunas eminentes fallas de procedimiento y/u organización así como hechos quizas aislados pero graves al fin y algunas sobre-reacciones de algunos grupos, por la mayor parte la gente estuvo en fila para ir a votar.
Es indudable que el gran perdedor de esta contienda es Arnoldo Alemán. Creo sin echarme una responsabilidad demasiado alta como es la de hablar en nombre de todos los votantes cuando afirmo sin temor a equivocarme que la gente simplemente no le creyó el gastado cuento al Sr. Alemán. Creo que toda la clase política de Nicaragua esta bastante clara de lo que ha hecho y ha significado el papelón que hizo en la historia de Nicaragua.
La segunda cosa indudable es que -entre los opositores- la gente que votaron por ellos le dieron mas credibilidad a la propuesta de Fabio Gadea Mantilla a pesar de algunas limitaciones en sus promesas y posturas en algunos casos casi imposibles de apoyar. Sin embargo algo que si ofreció fue un discurso novedosamente carente de hipocresía y creo que encontró eco en su slogan de la "revolución de la honestidad" que promulgo en sus giras. Pudo también aglutinar a distintos sectores en un intento de unidad frente a su propuesta. Solo el hecho que hiciera el intento se vuelve meritorio aunque sea solo soñando la Nicaragua posible que incluya la unidad de todos los sectores para avanzar.
Como resultado de esto la Alianza PLI se vuelve -de confirmarse la tendencia- la segunda fuerza política del país y hay que reconocerles -con respeto- que ofrecieron algo diferente frente al gastado discurso tradicionalista liberal.
Entra ahora Daniel Ortega Saavedra que sera-confirmándose la tendencia- el primer presidente re-electo de manera consecutiva de la historia moderna de Nicaragua (el único otro que logro eso fue Anastasio Somoza). Ortega indudablemente supo ganarse el apoyo de las clases desposeídas a quienes apoyo desde el día uno de su nuevo mandato. Los réditos de eso si le sirvieron al final para que a la gente no le importara la famosa violación constitucional que permitiera que volviera a candidatearse -nuevamente-.
Todo en esta vida trae su causa y efecto. La gente que recibió beneficios de el actual gobierno tienen todo el derecho a estar contentos por que tendrán otros 5 años mas de oportunidades para continuar beneficiándose de los programas creados.
Los efectos de estos resultados son impredecibles de medir por que -nuevamente de confirmarse la tendencia- el FSLN controlara la Asamblea Nacional con al menos 56 Diputados y yo les apuesto un “chelin” que en la primera oportunidad la reforma constitucional tanto soñada por el Sandinismo será lo primero en el tapete político. Eso abre una caja de pandora que podría tener como resultado la candidatura eterna de Daniel Ortega pero nuevamente a un costo difícil de cuantificar. El caudillismo es una palabra de sobra conocida en nuestra tierra en distintas épocas de su historia. Ninguna de esas historias -lamentablemente- llegan a un final feliz en ninguno de los casos.
La política Nicaragüense esta por ahora tan complicada como la que sucede en el Oriente Medio donde nada es seguro aun cuando digan que esta seguro.
La única critica –la eterna- que ofrezco y reparto por parejo a todos los partidos políticos es la carencia de un relevo generacional que permita y de oportunidad a nuevos actores a tratar de mejorar el a veces camino tortuoso por el que transita Nicaragua pensando en Nicaragua primero.
A manera de reflexión cobra nuevamente vida las notas de nuestro inmortal Himno Nacional que proclama:
¡Salve a ti, Nicaragua! En tu suelo
ya no ruge la Voz del cañón
ni se tiñe con Sangre de hermanos
tu glorioso pendón bicolor.
Brille hermosa la paz en tu cielo,
nada empañe tu gloria inmortal
que el trabajo es tu digno laurel
y el honor es tu enseña triunfal.
Ojala que no corra sangre y que brille la paz. En eso reitero y espero se mantenga el consenso.
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